LA VOZ DEL JUBILADO: sabados de 9 a 11hs
CON MUCHO DOLOR
Siento un profundo dolor por los hechos ocurridos el pasado 12 de Marzo, durante la marcha que realizan los jubilados todos los miércoles frente al Congreso. Lo sucedido ayer no debe repetirse. No podemos seguir tolerando actos de violencia que lastiman nuestra democracia y nuestra convivencia. Esta generación ya sufrió demasiado durante la década del '70, un período en el que perdimos a muchos hermanos y hermanas. No queremos volver a atravesar esos tiempos oscuros, especialmente en los últimos años de nuestras vidas, que deberían transcurrir en paz y con dignidad.
Quiero dejar en claro que nosotros, quienes legítimamente reclamamos por nuestros derechos, no tenemos ninguna responsabilidad por los actos violentos que se produjeron. Estos hechos fueron generados por individuos ajenos a nuestra causa, personas que, lamentablemente, son utilizadas por ciertos políticos, dirigentes y funcionarios que no saben aceptar las reglas de la democracia cuando no están en el poder. Estas prácticas de violencia e intimidación solo responden a sus ambiciones personales, ya que no pueden alcanzar sus objetivos por la vía legal y legítima del voto popular.
Al mismo tiempo, es importante señalar que quienes hoy tienen la responsabilidad de gobernar el país tampoco deben abusar de su poder, recurriendo a la represión violenta como respuesta a las manifestaciones. Asimismo, es preocupante escuchar declaraciones altisonantes y agresivas de algunos de sus aliados, quienes, en lugar de contribuir a la calma y el diálogo, avivan el conflicto con su discurso beligerante.
También me dirijo a los señores diputados y diputadas, quienes tienen una gran responsabilidad en este clima de tensión. No deben fomentar la violencia a través de actitudes provocadoras o espectáculos que recuerdan a los circos romanos. El Congreso es un espacio sagrado para la democracia, donde las leyes y las medidas necesarias para el funcionamiento del país deben debatirse con moderación, respeto y responsabilidad. Los enfrentamientos verbales y las agresiones no construyen la grandeza de una nación; por el contrario, la debilitan y la dividen.
Por mi parte, estoy dispuesto a dejar de participar en estas marchas si estos episodios de violencia continúan. Nuestro único objetivo es defender nuestros derechos de manera pacífica y democrática. Es fundamental que todos los actores políticos y sociales reflexionen y trabajen para garantizar un país en el que prevalezcan el diálogo, el respeto mutuo y la paz social.
Jorge Dimuro
“La Voz del Jubilado”
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